Me duele vivir la vida

En los años de 1943, durante la II Guerra Mundial, en Túnez, se vio por primera vez el graffti: “Kilroy Was Here” (Kilroy estuvo aquí). La típica presentación muestra una cabeza y unas manos asomándose sobre el borde de una valla. Esta figura es conocida como Chad entre otros países. Sin embargo, en la actualidad a este tipo de graffti se le atribuye muchas críticas de “vandalismo” (inclinación de destruir y devastar todo, promover escándalos sin respeto ni consideración a los demás). Pero, ¿qué tan cierto es eso?
El término graffti proviene del italiano graffio: “arañazo”, que significa “marca o inscripción hecha rascando o rayando un muro”. El diccionario de la Real Academia Española recomienda el uso de la palabra grafito. También se le llama graffiti a las inscripciones que han quedado en las paredes desde tiempos del Imperio Romano. El grafito es, por decirlo así, un arte urbano.
A decir verdad, existe una gama de artistas en varios países que realizan este tipo de arte como una manera de comunicarse o dar estilo a su entorno sin ningún tipo de restricciones. Otros, simplemente buscan fama, ya sea pintando las mejores obras. ¿Será esto un vandalismo? Incluso, en El Salvador, el estilo original del grafito ha ido evolucionando en distintas formas de tipografía: el estilo Blockletter consiste en mayúsculas de gran legibilidad, el Wildstyle (estilo salvaje), de caracteres entrecruzados, el conocido Bubble Style (estilo burbuja) y el 3D o tridimensional.
No nos extrañemos de ver este tipo de grafito en los rincones de nuestro país, puesto que las técnicas y herramientas que se utilizan han tomado fuerza. El bote de spray, aerógrafo, pósters y pegatinas, por citar sólo algunos ejemplos, han ampliado el abanico artístico. Y eso sin olvidar la aparición del Internet, que ha desempeñado también un papel interesante en la evolución del grafito. Un ejemplo de ello es el sitio web Art Crimes, que se ha convertido en un espacio imprescindible a la hora de hacer llegar el talento de muchos escritores de grafito a un público más amplio.
En fin, el grafito no debe ser tildado como un “vandalismo”, porque se ha convertido en una nueva forma de expresión artística. Un talento de los jóvenes. No es benévolo ni nocivo. Sólo un arte urbano.