Me duele vivir la vida

Siempre me he preguntado cuál es el objetivo de existir en este mundo. ¿Acaso sólo se tratará de cumplir con el ciclo de la vida ( nacer, crecer, reproducirse y morir), ¿ ser felices?, ¿seguir nuestros sueños? Supongamos, ahora, que esos son los casos. Aunque yo le añadiría la bola de problemas y las muertes de nuestros seres queridos que se nos presentan para sobrellevarlos.

En lo personal, sé que tratar de vivir en una burbuja para obviar los aprietos no tiene ningún sentido, ya que los problemas te ayudan a ser mejor persona y a no volver a cometer los mismos errores. Por lo visto, la vida suele ser perfecta con sus dificultades, temores, felicidad, sufrimientos, etc. Sin embargo, considero que no es así. Por lo menos, no para mí. Me duele. No sé cómo se puede vivir con la idea de aceptar la vida tal y como viene, cuando has crecido con la imagen de tener un padre, y luego descubres que es una mentira. Porque sólo se trataba de un hombre que sedujo a una mujer, sembró una hija e ignoró el pan que apetecía y el amor que necesitaría en el alma.

No sé cómo sucedieron las cosas hasta la fecha, pero lo que sí puedo asegurar es que mi padre aprendió a introducir la culpa debajo de la alfombra y seguir adelante. Tenía que hacerlo. De otra forma, le resultaría agobiante. A veces creo que las personas inocentes tienen que pagar un precio para dar paso a un plan más grande. Yo tuve que ofrecer una vida llena de soledad, porque nacer no estaba en los planes de mi padre. Creo que haber nacido ha sido el peor premio que pudo recibir mi familia.

Sé que no soy la primera ni última persona por la que ha pasado todo esto. Sin embargo, mi dolor es aún más grande. No se compara con otro. Porque no sólo se trata de la ausencia de un padre, sino de una madre joven, que demuestra su amor y preocupación a través del dinero, la que siempre da ordenes, la obsesionada de la limpieza, la que grita por toda la casa, la que toma más de una taza de café al día, la que sale corriendo para su trabajo, etc. Creo que eso no es nada, también tengo que vivir con una señora de la tercera edad que lo único que le importante en su vida es el dinero. Una persona que siempre me repite: “No sirves para nada, te vas a quedar vendiendo tomates, nunca te vas a superar, no eres nada inteligente”. Sé que nadie me garantizo tener la mejor familia, la mejor ropa, casa, alimentación. En otras palabras, nadie me dijo que iba a hacer fácil vivir en este mundo desierto. Yo sé que no existe una escuela o universidad para enseñarles a nuestros padres a ejercer bien su papel en esta vida. Pero no se me hace justo que derramen sus amarguras, problemas, miedos y dolores sobre todo en los que no tienen la culpa de haber nacido.

Creo que por ahora sólo me queda seguir luchando por lo que amo. La verdad no se puede dar marcha atrás, cuando todavía no se ha terminado la batalla. Tal vez no ha logrado dar respuesta a mis inquietudes, pero una de las cosas que me quedó clara es que en esta vida tienes que ser fuerte, tener propósitos y dar lo mejor de uno a los demás. En esta ocasión, no voy a entregarte afecto, talento, técnica, pasión ni fe. Voy a darte lo mejor que tengo a través de mis escritos como lo he hecho hasta ahora. Seguiré expresando lo que pienso y siento sobre diferentes temas o simplemente relataré más de mi vida.